A la hora de cultivar un bonsái, sea la especie que sea, es sumamente importante llevar a cabo una serie de cuidados. De lo contrario, el proceso no será exitoso y tu arbolito puede llegar a morir.

A pesar de que el olivo es una especie resistente, necesitará una serie de cuidados específicos para desarrollarse sin ningún tipo de problema.

Las condiciones de cultivo perfectas están relacionadas con los riegos, la poda o el pinzado.

No te preocupes si no sabes de lo que estamos hablando o no comprendes alguno de estos requisitos, a continuación, encontrarás explicados cada uno de ellos de forma detallada.

La ubicación, mejor exterior

A la hora de ubicar un bonsái, no se debe hacer a la ligera. El lugar de plantación dependerá del tipo de especie que sea.

En el caso del olivo, se trata de un árbol de exterior que requiere mucha luz solar para desarrollarse correctamente. Además, al tratarse de una planta mediterránea, soporta temperaturas altas (no tolera heladas reiteradas).

Si decidas ubicarlo en una zona interior, hazlo cerca de una ventana por la que pase mucha luz. De lo contrario, el crecimiento no se hará como debería (los distancia entre los nudos aumenta).

La mejor ubicación es en terrazas, balcones y jardines.

El riego

Cuando el bonsái olivo se encuentra en pleno enraizamiento, hay que reducir la cantidad de agua que se le suministre. Al encontrarse sin raíces, éstas no pueden cumplir con su función de absorción.

Esta especie necesitará más agua cuando se encuentre al inicio de la nueva brotación.

Se debe dejar secar ligeramente la tierra entre riego y riego. Los olivos no toleran los encharcamientos, por lo que un exceso de agua puede ser crítico. Además, los riegos deben ser espaciados.

El sustrato

No es exigente en cuando al sustrato en que se plante. Pero una de las condiciones que debe cumplir es que tiene que drenar bien el agua, pues como hemos dicho en el apartado anterior, no tolera los encharcamientos.

Prefiere un sustrato 100% de akadama.

Lo más recomendable es emplear un sustrato sencillo, preparado para bonsáis. No sobrevive en los suelos ácidos, por lo que asegúrate de no plantarlo en este tipo de tierra.

Abonado

El abonado del bonsái olivo debe ser abundante.

Para que tu planta crezca sana y fuerte, debes abonarla desde el comienzo de la primavera (marzo-abril) hasta octubre con un abono específico para bonsáis. Como siempre decimos, en caso de duda, analiza el envase o pregunta a un profesional.

La poda

En el caso del olivo, al tratarse de una especie mediterránea, es recomendable podarla al final del invierno. Si vives en regiones más frías, poda el olivo a finales de marzo.

Si llevas a cabo una poda fuerte y enérgica, el arbolito responderá con el crecimiento de brotes muy vigorosos.

También puedes realizar una poda de mantenimiento y eliminar las partes que veas que se encuentran en mal estado, como por ejemplo las hojas marchitas.

El alambrado

El alambrado es la técnica fundamental para modelar y dar estilo a los árboles bonsái.

Este proceso se realizará entre primavera y otoño, protegiendo siempre la corteza del árbol. Lo más recomendado es alambrar las ramas jóvenes, pues en un par de semanas se colocarán en la posición adecuada.

El trasplante

El bonsái olivo se debe trasplantar cada cierto tiempo, siendo lo más recomendable cada 2 años. Al tratarse de un árbol de fácil enraizamiento, este proceso no supondrá un problema para la especie.

Hay que hacer el cambio de maceta en primavera, justo antes de que comience el periodo de crecimiento fuerte.

El sustrato utilizado debe ser una mezcla de mantillo, turba y arena. En caso de no disponer de estos materiales, se puede echar mano de la akadama.

Al mismo tiempo que realizas el trasplante del bonsái olivo, puedes eliminar las partes que se encuentren en mal estado, como por ejemplo raíces podridas o hojas marchitas (poda de mantenimiento).

Y hasta aquí nuestro nuevo artículo de jardinería. Esperamos que te haya servido de gran ayuda consulta nuestra pagina web macrobonsai.com