Si quieres mejorar la calidad de las plantaciones y aumentar la cantidad de nutrientes en el suelo, los abonos orgánicos son justamente lo que necesitas. Entre las ventajas de utilizar abonos orgánicos, se encuentra también su capacidad para aumentar la actividad microbiana del suelo, así como el bajo consumo energético que requiere su elaboración respecto a otros fertilizantes.

Qué son los abonos orgánicos

Los abonos orgánicos son fertilizantes elaborados artesanalmente cuya composición se basa en desperdicios y residuos animales y vegetales, además de restos leñosos e industriales. Estos desechos se degradan y mineralizan para generar un compuesto el cual, al mezclarse con la tierra, optimiza sus características químicas, físicas y biológicas, dejando así el terreno listo para obtener cosechas vegetales sanas.

Este tipo de abonos suele ser más costoso que el abono inorgánico por una razón es muy simple: los abonos orgánicos son indispensables para reponer la materia orgánica que la actividad humana produce sobre el suelo, mientras que los abonos inorgánicos no. Asimismo, el uso de abonos orgánicos mejora la absorción y drenaje de agua en los suelos, facilitando así la fijación de carbono sobre el terreno y la formación de nutrientes.

La premisa del uso de los abonos orgánicos es disminuir la producción de agentes químicos para el tratamiento de los suelos. Si bien los fertilizantes artificiales, aparentemente, reducen costos, su impacto ambiental es bastante más considerable. Los abonos orgánicos, en cambio, representan una alternativa sustentable que ha sido adoptada, progresivamente, en la agricultura ecológica y los cultivos intensivos.

Tipos de abonos orgánicos

Como hemos visto, los huertos pueden optimizar su desarrollo gracias a los compuestos orgánicos. Prescindir de los diversos tipos de abonos químicos y otros fertilizantes químicos te permitirá conservar los suelos con un grado de nutrientes ideal para la conservación de tus plantas y del medio ambiente. A continuación, te presentamos algunos tipos de abonos orgánicos ideales para el cuidado y conservación de huertos y plantaciones.

Abono compost

El compost es el más conocido de los abonos orgánicos. Se trata de un abono que se obtiene a partir de la descomposición de compuestos orgánicos como restos de vegetales, frutas, hortalizas, cáscaras de huevo, restos de alimentos, cenizas de papel, yogures caducos y estiércol animal. Los restos son dispuestos en capas y puestos en conserva durante tres o cuatro meses a altas temperaturas (60-70ºC) y de allí se obtiene una mezcla color marrón, libre de microbios, ideal para esparcir sobre las plantaciones.

Vermicompost

Se trata de una variante del compost común rica en nitrógeno que se compone de heces fecales de lombrices, tierra negra y compost corriente. Las lombrices rojas californianas son las ideales para su preparación, siendo una rica fuente de ácidos acéticos y húmicos.

Turba

Este abono consiste en materia orgánica fosilizada proveniente de minerales, carbohidratos y ácidos fúmicos y húmicos. Se obtiene al acumular grandes fuentes de materia vegetal, sometiéndolas a temperaturas gélidas con escasa oxigenación y abundante agua. La mezcla final es un carbón libero, ideal para mejorar el pH del suelo.

Enmienda orgánica

Este abono concentrado proviene de la mezcla de diversos fertilizantes orgánicos descompuestos como la turba, el compost y el estiércol. Las enmiendas húmicas pueden ser sólidas o líquidas y, entre estas últimas, cabe destacar el té de compost (compost común reposado en agua), un abono orgánico líquido de lo más eficaz.

Cenizas

Ricas en fósforo y potasio, las cenizas de madera, leña y hojas secas incineradas pueden reciclarse y convertirse en excelentes abonos orgánicos. ¿Sabes cómo se logra esto? Se consigue mezclando las cenizas con el sustrato y el agua de riego de los cultivos, algo que hace que mejore el pH de los suelos eminentemente ácidos.

Abono Biol

Este compuesto se basa en estiércoles fermentados en un bidón durante dos o tres meses. El extracto del estiércol debe mezclarse con ceniza y agua, además de hojas de alfalfa, melaza y levadura. El compuesto debe fermentarse con desechos orgánicos hasta obtener una mezcla húmeda y viscosa, la cual debe esparcirse sobre las hojas de las plantas. Además, cabe destacar que el abono biol funciona como plaguicida y facilita el desarrollo de frutos vegetales.

Biofertilizantes

Los biofertilizantes se componen de esencias de microorganismos naturales residentes en el suelo y permiten, entre otras cosas, fijar el nitrógeno a los suelos, así como captar el fósforo proveniente de desechos sólidos. Su principal función es dotar de nutrientes las plantaciones para mejorar el crecimiento y desarrollo de los cultivos.

Biosólidos provenientes de aguas negras

Estos abonos orgánicos utilizan básicamente aguas tratadas de alcantarillados, las cuales pueden servir para el riego de cultivos cuyo suelo denote alta concentración de patógenos. Las aguas son tratadas eliminando cuidadosamente la disposición de desechos sólidos para prevenir cualquier brote contaminante a tu cultivo.

Compost Bocashi

Proveniente de Japón, este abono se obtiene al fermentar semolina de arroz, soya y harina de pescado. A estas materias se le añade suelo de bosque antes de comenzar la mezcla continua de los ingredientes para mejorar y estimular la aportación de nutrientes. Su preparación es muy similar a la del compost pero se caracteriza por ser notablemente más rápida (de una a tres semanas) y de efecto casi inmediato.

Abonos verdes

Estos compuestos orgánicos se obtienen al sembrar plantas pequeñas como leguminosas y gramíneas. Dichas plantas deben arrancarse y enterrarse en la tierra para que se descompongan en el sitio, lo que dotará al suelo de nitrógeno y nutrientes ideales para facilitar la siembra de futuras cosechas.