Recolección y transporte de la aceituna a la almazara

Técnicamente hablando, la recolección siempre comprende tres acciones: el derribo del fruto, su carga posterior en contenedores adecuados y el transporte a la almazara (en el caso de que los frutos se destinen a la producción de aceite), o a la entonadora (si con ellos se pretende elaborar aceitunas de mesa).

¿Cuándo se recoge la aceituna para hacer aceite?

En estas fechas (principios de octubre) muy lentamente, es cuando se empieza a recoger la aceituna para hacer aceite, en el norte de Extremadura con la Manzanilla Cacereña, y en Sevilla. Sin embargo, en las zonas más frías de nuestro país, como el centro y norte de España, este momento se retrasa.

Para realizar dicho trabajo, existen dos sistemas de recolección:

Manual: responde a la forma más tradicional de cosechar la aceituna, un sistema prácticamente en desuso. Pese a que se trata de una técnica más costosa y tediosa, basada en ordeñar –rodear la rama con la mano y deslizarla a lo largo de la misma para desprender los frutos- o varear -agitar las ramas con una vara para que se desprendan los frutos-, este es el único sistema viable para olivos tradicionales que, por su estructura o ubicación en terrenos con pendiente o zonas de difícil acceso, no puedan recolectarse de manera mecanizada. Es la manera más artesana y es como se recogía la aceituna antiguamente.

Mecanizado: este, por su parte, puede llevarse a cabo mediante vibradores de troncos y mantas, vibradores con paraguas o modernas cosechadoras adaptadas a la recolección de plantaciones de olivar en seto (sistema superintensivo).  Estas últimas máquinas son conducidas por encima del seto, a través de un túnel donde las ramas son golpeadas gracias a un sistema de bastones que desprende la aceituna del árbol cayendo a una cinta transportadora para luego depositarla en las tolvas de almacenamiento de la propia cosechadora.

Finalizada la recolección del fruto, su transporte al molino debe realizarse en cajas de plástico con aberturas para que penetre y circule el aire, evitando los calentamientos que dan lugar a fermentaciones. Asimismo, ha de ser inmediato, para conservar su calidad.

Una vez en la almazara, la aceituna se somete a un proceso arduo para extraer el preciado zumo y brindárselo a los consumidores que esperan, con anhelo, la llegada de los aceites frescos.