Sin duda, abril es uno de los meses más intensos en cuanto a tareas de jardinería. Un mes en el que tendremos que dedicarle mucho tiempo y atención, ya que a los embistes del frío y sus consecuencias tenemos que sumar que el aumento de temperaturas junto con la lluvia convierten este mes en uno de renovación constante.

O, lo que es lo mismo, que este tándem de factores (agua y sol) hace que la naturaleza sea propensa a crecer de manera descontrolada (tanto en lo que respecta a nuestras flores y plantas, como a las malas hierbas y las plagas).

1. Revisión de plantas, arbustos y árboles tanto de interior como de exterior

Empecemos por las plantas que nos han acompañado dentro de casa durante el invierno. Lo más habitual es que, por estas fechas, el calor de los distintos tipos de calefacción hayan resecado e, incluso, estropeado las plantas de interior. Una buena razón para realizar una pequeña poda en las puntas de las hojas para ayudar a revitalizarlas. Tampoco está de más que aprovechemos este mes para cambiar el sustrato (apostando, según las necesidades específicas de cada planta, por uno rico en nutrientes) o, incluso, trasplantar antes de que comience la floración. Y, a pesar del letargo invernal, este mes tendremos que comenzar de nuevo a regar con normalidad.

Cuidados de las plantas en abril

Y si el riego en interior es importante, también lo es para las plantas de exterior (que ya habrán comenzado a desperezarse del frío). Sin embargo, un consejo: no nos confiemos ya que todavía es posible que se dé alguna helada nocturna (por lo que, en caso de tener plantas de exterior que se resienten con las bajas temperaturas, lo ideal es que continuemos teniéndolas protegidas hasta que la temperatura se estabilice). Y si el frío no debe hacernos bajar la guardia, tampoco el calor: recordemos que la primavera es el momento del despertar también de las plagas del jardín, por lo que será importante observar nuestras plantas y atajar cualquier ataque desde el comienzo.

2. Retomar la siega del césped

El césped ha pasado el invierno a la intemperie y, si al comienzo de la estación hicimos convenientemente los deberes oportunos, no necesitará más que un leve mantenimiento. Nos referimos, fundamentalmente, a que durante este mes tendremos que comenzar a eliminar las malas hierbas que habrán proliferado en los meses de frío (recordemos: siempre de raíz) antes de realizar cualquier labor de siega. De esta forma, estaremos garantizando que cuando seguemos no se fortalezca lo que queremos erradicar del jardín; y, en caso de que arrancarlas genere espacios vacíos de césped, tendremos que plantearnos el replantado para que todo tenga una uniformidad.

Rastrillo para cuidar el césped

Para esta primera siega de primavera, lo ideal es elegir un momento del día en el que no quede ningún rastro del rocío de la noche. De esta manera, podremos realizar un corte alto sin estropear las cuchillas. Dado que la temperatura de abril es todavía inestable, podemos dejar la hierba cortada sobre el césped a modo de acolchado. De esta manera, protegerá las raíces de la hierba y servirá como un primer abono, si bien no sustituirá al fertilizante que (sí o sí) tenemos que aportarle al césped (y que recomendamos que, como este abono para césped de Compo, esté vinculado a un tratamiento herbicida que nos ayude a erradicar las malas hierbas sin quemarlo).

3. Revisar o instalar el sistema de riego

Como comentábamos antes, el riego vuelve al jardín y a nuestras plantas de manera paulatina. Por eso, abril es un mes ideal para revisar si nuestro sistema de riego está funcionando correctamente. Es importante recordar que, en muchas ocasiones, las mangueras de los sistemas de riego pueden agrietarse con las heladas. Algo que generará fugas de agua y, por tanto, que nuestro riego sea ineficaz (además de poco sostenible y de mucho más costoso). Debido a ello y a prever cualquier problema en los meses de más riego, aprovechar este mes para revisar nuestra instalación es fundamental.

Manguera y sistema de riego en el jardín

Si no disponemos de ningún sistema de riego instalado, este mes también es el idóneo para que nos planteemos contar con uno. Una manera perfecta de anticiparnos al verano y todas sus consecuencias (que son, entre otras, llevarnos el disgusto de ver cómo a la vuelta de vacaciones nuestras plantas se han estropeado con el calor). Para ello, nada como saber cuál es el sistema de riego adecuado para las características de nuestro jardín y comenzar a planificarnos para contar con él antes de que lleguen los meses de más calor.

4. Volver a plantar

Y, además de revisar las plantas que ya tengamos en exterior, abril también es el momento de volver a plantar. Un apartado en el que las oportunidades que nos brindan las plantas de exterior supone un abanico enorme de opciones, colores, formas y necesidades para dar respuesta a cualquiera que sea nuestro gusto. ¡Difícil elegir entre tanta variedad!

Además, no debemos olvidar a los bulbos que se plantan en abril y florecen en primavera (Azucenas, Dalias o Peonías entre una enorme variedad). Para poder disfrutar todavía más de su variedad de formas y estilos, un consejo: nada como elegir bulbos de verano que florezcan en diferentes momentos de los próximos meses. Una garantía de tener flores de manera constante ¡y de renovar constantemente el look de nuestro jardín!

Y tú ¿qué otras tareas de jardinería llevas a cabo en abril? ¡Comparte tu experiencia con nosotros dejando un comentario!